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Cuando el fuego de ambos se junta, la llama se hace más viva, más brillante. Leo está regido por el Sol y Sagitario, por Júpiter. Ambos son vitalistas, juguetones y saben como nadie gozar de la vida. Aunque tienen sus diferencias, son tolerantes y las aceptan como algo que los enriquece. Por ello, si logran armonizar sus diferencias, se formará un vínculo difícil de romper. Pero puede existir un punto de fricción, a Leo le gusta mandar, y Sagitario adora su libertad, tanto que si se la coartan es muy probable que dé media vuelta y se marche. Otra cosa a tener en cuenta es que Leo es muy sensible a las críticas, y Sagitario dice las cosas como son, lo que puede herir a Leo. Sin embargo, la gran ventaja es que ninguno de los dos es rencoroso, y los encuentros serán siempre armoniosos, volviendo a sentir esa atracción casi alquímica.