Como ocurre con el Sol, la Luna se halla en una posición determinada del Zodiaco cuando nacemos. Así, nos aporta nuestro signo lunar, ese que marca nuestro potencial y que influye en nuestra personalidad, inconsciente y emociones.
El Sol siempre ha sido venerado como el astro rey y para la astrología señala cuál es nuestro objetivo en la vida. Sin embargo, para que éste se cumpla tenemos que pasar por una serie de vicisitudes, y es la Luna la encargada de indicarnos cuáles van a ser las circunstancias que nos conducirán al cumplimiento de ese designio. A ella también se le ha confiado la tutela de nuestra parte femenina y las tareas relacionadas con la fecundidad.
Conociendo la posición de la Luna en el momento de nuestro nacimiento, sabremos en qué somos más fecundos, cómo se desarrolla nuestra personalidad femenina y qué anécdotas viviremos.