Su atracción es inmediata y caminarán juntos, llenos de ilusión y romanticismo, creyendo que algún duende o hada puede aparecer en cualquier recodo del camino. Entre estos dos signos existen muy pocas diferencias. Ambos viven sumergidos en un mundo de emociones y sentimientos. Su intuición es poderosísima, y entre ellos sobran las palabras. Las mentiras no tienen cabida en la relación, y los silencios son interpretados por ambos de forma magistral. Su conexión telepática les puede hacer vivir experiencias paranormales. Sin estar juntos son capaces de sentir qué siente y qué piensa el otro. Sus sueños premonitorios son una auténtica revelación y el futuro casi deja de ser una interrogante para ellos. A Cáncer le gusta que lo mimen como a un bebé, y eso lo hace Piscis a las mil maravillas, que además es comprensivo con las debilidades de Cáncer y se olvidará de sí mismo para aportarle toda la seguridad que él necesita. Su relación siempre tendrá un punto de atracción erótica, con un halo mágico que hará arder la llama del deseo…