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Más distintos no pueden ser. Sin embargo, solo un signo de agua como Escorpio puede penetrar en el mundo oculto y vulnerable de Géminis, quien se siente atraído por Escorpio porque le da la oportunidad de despertar sus sentimientos, siempre tamizados por la razón y por esa mente analítica que todo lo analiza y cuestiona. Escorpio no hace nada a medias y pone en ello toda su pasión y vehemencia, llegando hasta las últimas consecuencias, aunque se deje la piel en el camino. Géminis, en cambio, es tan versátil y cambiante que le cuesta centrarse en un solo proyecto, en una sola actividad, en una sola persona… Sin embargo, y a pesar de ser tan diferentes, la atracción entre ellos es muy fuerte, y la relación se mantendrá viva. Géminis le enseña a Escorpio a desdramatizar las pasiones para no quedarse atrapado en ellas, y, con Escorpio, Géminis aprenderá lo que es la emoción de vivir con intensidad los sentimientos que anidan en su interior.