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A pesar de ser muy distintos, existe una fascinación especial entre ellos. Su forma de entender y vivir la vida es diametralmente opuesta, y ahí es donde pueden encontrar su punto de atracción. Capricornio siente una magnética atracción hacia el fuego, buscando en él la inspiración y la chispa de la vida. Aries se siente atraído hacia Capricornio, ya que posee todo lo que su elemento tierra le puede proporcionar: seguridad, responsabilidad, perseverancia, organización… El carácter reservado y callado de Capricornio fascinará al impulsivo y curioso Aries, que sentirá la tentación irresistible de descubrir qué hay detrás de esa persona seria, reflexiva, ordenada, metódica… Por su parte, Capricornio encontrará en Aries la espontaneidad y el ritmo que tanto necesita. Aries debe aprender a ejercitar la paciencia si quiere que Capricornio abra su corazón y muestre sus sentimientos. Ambos pueden enriquecerse mutuamente y, si son capaces de ir más allá de sus diferencias, pueden vivir una relación plena y de lo más fascinante.