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Nadie mejor que un Cáncer para entender a otro Cáncer. Juntos se pasarán el día haciendo planes de futuro, viajes alrededor del mundo… Son tan afines que la unión puede ser duradera, aunque los dos tienden a huir de los conflictos y a encerrarse en sus caparazones, y ninguno dará su brazo a torcer para limar asperezas. Juntos descubren que no son ejemplares extraños y, cuando se sienten decaídos, ambos culpan a la Luna, su regente, de sus cambios de humor repentinos e inesperados. En su personalidad hay muchos altibajos, risas y lágrimas, optimismo que les desborda y angustia que les atenaza… Sus primeros escarceos amorosos estarán marcados por la timidez y la cautela. Ambos necesitan un clima de ternura y calidez para entregarse por completo, y el influjo de la Luna actuará en ellos como un poderoso afrodisiaco que les llevará a vivir pasiones volcánicas.