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Tienen cosas en común, ambos son imprevisibles y cambiantes… Pero muy distintos. Cáncer necesita sentirse querido las veinticuatro horas del día, con continuas muestras de cariño y atención. Y Acuario adora la libertad, se escapa constantemente de todo aquello que suponga una atadura. Otro punto de fricción puede ser la estabilidad. Cáncer necesita seguridad y un ambiente estable, y Acuario, que está regido por Urano, le encanta improvisar, sin someterse a ninguna regla fija. Acuario tiene un punto de locura, muy atractivo y atrayente, pero que puede desconcertar a Cáncer, quien desde el primer momento se dará cuenta de que en Acuario no va a tener a ese compañero con el que llorar juntos y evocar el pasado. Pese a todo, hay algo poderoso que los atrae desde que se miran por primera vez, y la alquimia sexual entre ellos es indudable. La pasión y la ternura con la que viven las relaciones amorosas harán que vivan sensaciones extremadamente intensas, aunque sus mundos estén a mucha distancia.