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Estos dos signos están opuestos en la rueda zodiacal. Leo es apasionado, emocional, puro sentimiento… Acuario es razón, inteligencia y frialdad a la hora de tomar decisiones. Son el complemento ideal, de lo que Leo carece, Acuario lo posee, y al revés. Los dos son positivos y fijos, es decir, comparten la vitalidad y la terquedad, pero Leo posee cualidades de las que Acuario carece, como la calidez, la estabilidad y la pasión; y Acuario, por su parte, también posee algunas cualidades que le faltan a Leo, como la capacidad de aceptar las críticas ajenas y esa gran virtud que es la humanidad. Sentirán la atracción poderosa de los opuestos. Juntos brillarán: Leo aportará su vitalidad, su optimismo y su gran generosidad; Acuario, su mente racional, su autocontrol y su tolerancia. Entre ellos la sexualidad funciona a las mil maravillas. Es cuando únicamente Acuario muestra sus emociones y se siente invadido por la pasión de Leo, que lo envuelve y electriza. La química es tan magnética que produce fuertes dosis de amor, ternura, deseo y sensualidad.