El aspecto que el planeta del amor guarda con Neptuno es tenso.
Existe un desencuentro entre la forma de planificar el amor, típica de Venus en Virgo, y el deseo casi místico de fusión que busca Neptuno en su propio domicilio. Resultará muy complicado que bajo este aspecto pueda haber sentimientos compartidos que nos permitan disfrutar del placer de pertenecer a algo más grande que uno mismo.
Por otra parte, las destacadas habilidades de Venus en Virgo no serán capaces de beneficiarse del refinado gusto de Neptuno en Piscis, ni tampoco de la fantasía e imaginación que podría aportar a nuestra creatividad.
Es un día en el que todos necesitamos atraer la suerte a través de algún ritual mágico.