Su planeta regente: Júpiter

Su flor: Amapola

Sus piedras: Aguamarina y amatista

Compatibilidades zodiacales

Cómo conquistar a Sagitario

Qué regalar a Sagitario

Sus secretos de seducción

RASGOS TRADICIONALES DE SAGITARIO

Rasgos Positivos:

Ciegamente optimista, Inteligente, Amante de la libertad y la aventura, Vehemente, Noble y sincero

Rasgos Negativos:

Rebelde, Impaciente, Orgulloso

SAGITARIO Y SU PERSONALIDAD:

Es versátil y le encanta la aventura y lo desconocido. Es el signo de los optimistas, de los positivos, de los entusiastas. Es honesto, sincero, se mueve por nobles ideales y busca el significado más elevado de las cosas. Es un ser inquieto, enormemente vehemente y extrovertido. Su sueño es conquistar: vive la vida como si de un viaje de aventuras se tratase.

Cuando el Sol entra en el signo de Sagitario, la naturaleza se prepara para iniciar un tiempo de calma y tranquilidad. El frío del invierno está a punto de llegar. Así nace Sagitario. Dentro de un orden establecido, pero lleno de cambios y transformaciones.

Enérgico y curioso, a Sagitario le encantan los cambios. Sagitario necesita amplios y renovadores horizontes en cada momento de su vida, pues la rutina y la falta de novedad le aburren. El planeta que lo rige, Júpiter, es considerado el benéfico y de la fortuna. Es el mayor del sistema solar. Como Júpiter es el motor de la felicidad y el destino, no es raro que Sagitario siempre tenga suerte. Su entusiasmo no tiene límites.

Así, Sagitario, convencido de que las fuerzas cósmicas lo protegen, se lanzará a conseguir sus sueños sin miedo alguno, con la seguridad de que tarde o temprano, los tendrá al alcance de su mano.

Sagitario nació rebelde y así morirá. Posee una intuición especial y una suerte increíble. Tiene corazonadas de una precisión infalible. Es emprendedor, progresista porque sabe que el futuro, lo que está por llegar es siempre mejor.

Es muy difícil influir en sus decisiones, ya que sabe perfectamente lo que tiene que hacer y decide con firmeza, consciente de que existe una fuerza cósmica que lo protege.

Su vitalidad es agotadora y su sonrisa va siempre por delante. Es muy audaz y no teme a nada, al contrario, le atrae el peligro, el riesgo, y acepta los desafíos que le ofrece la vida. Es un triunfador nato. Tiene una mezcla de inteligencia, ingenio y fuerza que lo conducen al éxito, sin olvidar el factor suerte que le acompaña desde el momento de su nacimiento, y que es algo básico para triunfar.

Tiene aptitudes para muchas profesiones, pero si su trabajo le conlleva viajes constantes, habrá conseguido la panacea.

Es una persona tolerante y con amplios criterios. Su visión global de las cosas le hace no entrar en detalles, por lo que a veces puede parecer algo despreocupado. Versátil y penetrante, cuando le interesa un tema se concentra en él, desplegando gran sabiduría, parte de ella, intuitiva. Siente horror a instalarse definitivamente en alguna parte. Le encanta viajar y su vida está llena de aventuras.

Comparte con sus compañeros de fuego, Leo y Aries, la vitalidad y espontaneidad que los demás signos del Zodiaco envidian y temen a la vez. Posee un corazón infantil, y su percepción del mundo es muy particular, salpicada por matices de fantasía.

Sagitario, como su elemento, el fuego, es activo y dominante, y no permite que las circunstancias de la vida tomen la iniciativa. El fuego significa voluntad, y Sagitario tiende a abrirse camino sin esperar a que las circunstancias le sean favorables. El fuego también es mutable, por eso, Sagitario no soporta la inmovilidad.

Sagitario demuestra sus sentimientos y afectos, y también sus opiniones, aunque, a veces, sea poco diplomático. Va directo hacia lo que desea, sin preocuparse por nada que le resulte una amenaza.

A veces, se le considera irresponsable porque abandona algo sin un motivo aparente, pero él sabe perfectamente cuándo es el momento de cambiar, cuándo ha terminado su ciclo y debe abrirse a nuevos horizontes.

Su poder de seducción es tan grande, que es absolutamente imposible resistirse a su encanto. Sin Sagitario, la vida no tendría ese punto de locura que le hace único.