La fuerza afectiva de Venus pierde intensidad por la influencia del intelectual Géminis.
Venus sobre Géminis convierte al amor en puro flirteo, aventura y deseos de conquista, dando de lado toda implicación afectiva. Eso sí, los asuntos del corazón salen a la luz gracias al interés y a la astucia del signo de los Gemelos. Géminis tiene la habilidad de convertir la energía de Venus en una influencia hábil, lúcida e inteligente que nos hará estar de buen humor, ingeniosos y encantadores.
Géminis y el opuesto Sagitario tienen un periodo estupendo para el juego amoroso, aventuras, conquistas desenfadadas.
Es decir, el amor sin ataduras. Claro que con la llegada del verano ese amor sin ataduras podría consolidarse.