El plenilunio siempre nos induce o desafía a intentar alcanzar cierto grado de equilibrio entre los intereses personales y las experiencias que nos relacionan con los demás.
El Sol en Tauro representa la seguridad y la estabilidad personal basada en aspectos puramente materiales, mientras que la Luna en Escorpio indica la necesidad emocional de jugar nuestras cartas a pesar del riesgo que suponga. Si pretendemos quedarnos en Tauro, buscando el disfrute de la sencillez y sin arriesgar lo más mínimo, atraeremos de forma inconsciente relaciones o situaciones que nos obligarán de alguna manera a apostar fuerte y asumir gran riesgo.
Por esta razón, el Plenilunio con la Luna en Escorpio siempre despierta grandes pasiones, en especial, para los signos de Tierra (Tauro, Virgo y Capricornio) y Agua (Cáncer, Escorpio Y Piscis).