Desde la antigüedad, el hombre ha utilizado determinados objetos a los que se les atribuían poderes mágicos, como talismanes y amuletos.
Piedras, flores, plantas, madera eran utilizados para hacer ofrendas o para portarlos como protección contra cualquier mal o daño que nos pudieran hacer. Era tal la fe que ponían en ellos, que cualquier objeto podía convertirse en algo poderoso y protector.
Lo cierto es que en determinados momentos de nuestra vida notamos que la suerte nos abandona. Nos faltan las fuerzas, sentimos la envida a nuestro alrededor, la salud se resiente, nuestro estado anímico empieza a flaquear y bajan nuestras defensas. En otras ocasiones, nuestra salud ha empeorado y, en ese momento, es importante que nuestro estado de ánimo sea equilibrado y sereno para poder potenciar todos los resortes interiores y ayudar así a nuestro organismo a sanarse.
Os voy a dar un sencillo ritual para alejar enfermedades, miedos, incertidumbre, angustia.
Necesitamos un cuarzo blanco y la piedra de nuestro signo o la del día de la semana.
Cogemos la piedra y el cuarzo con la mano izquierda, cerramos los ojos, y sentimos que nos transmiten toda su energía y su poder. Sin soltar las piedras, colocamos en un cuenco con tierra un algodón empapado en alcohol y lo quemamos.
Miramos el fuego y decimos en voz alta lo que nos angustia, nuestros temores, la enfermedad que queremos superar. Cuando el fuego se apague, tiramos lo que contiene el cuenco (la tierra y el algodón) muy lejos de nuestra casa, y las piedras las llevamos con nosotros o las dejamos en un cajón cerca del lugar donde dormimos.
Cuando la tristeza, el miedo, el dolor nos embargue y sintamos que nos vence de nuevo, cogemos las piedras con la mano izquierda y repetimos la misma operación del cuenco con el algodón empapado en alcohol.
Y no olvidéis que, de vez en cuando, para purificar las piedras y activar sus propiedades hay que sumergirlas en agua y sal marina.