Se trata de un aspecto entre dos planetas que apenas comparten intereses comunes.
Venus en Tauro, que gusta de las cosas sencillas de la vida y que busca el afecto y las formas naturales, rehúye de las estratagemas de Plutón para llamar la atención. Tan solo en el plano puramente sexual podrían coordinarse, aprovechando el estupendo aspecto de trígono, para despertar la creatividad y aprovechar con acierto las propias habilidades personales.
Por encontrarse sobre signos de Tierra, las pasiones que manejen ambos planetas serán intensas, algo llamativas y con cierto toque de dramatismo, lo que hará que destaquen aquellas personalidades de mayor peso.
Venus, desde su propio signo Tauro, hará que la experiencia de amar sea más intensa que nunca para Tauro, Virgo y Capricornio.