La pasión de Venus se verá apagada al entrar en el signo de Virgo.
El planeta del amor lleva un tiempo movidito, pero desde hoy hasta la primera semana de noviembre sienta la cabeza en el plácido Virgo. Venus abandona el ardiente signo de Leo para ingresar en el terrenal Virgo. Venus en Leo nos aportaba una buena dosis de autoestima, nos ayudaba a no conformarnos con menos de lo que merecemos y a mimarnos. Pero, también hacía que mostrásemos un orgullo en ocasiones desmedido.
Durante el tiempo que dure su estancia en Virgo, el planeta del amor no podrá expresar toda la pasión que lleva dentro. Por eso, analizaremos más nuestros sentimientos y disfrutaremos menos.
Puede que nos mostremos un poco fríos, menos románticos y menos expresivos emocionalmente. Esta energía Venus-Virgo nos hará más reservados.