El planeta del amor se encuentra con la energía sensible, compasiva y tierna del signo de los peces, y ambos se funden para que la bondad, la generosidad y el amor desinteresado ? el verdadero amor- sean los protagonistas.
Por amor, seremos capaces de entregarnos al prójimo y sacrificarnos por los demás. Lo malo es que los asuntos prácticos quedan de lado.
Ahora prevalecen los intereses idealistas y románticos y si no somos capaces de poner los pies en tierra firme podemos sufrir bastante.
Los objetivos irreales e inalcanzables estarán a la orden del día y hay que tener cuidado con ellos.