Mercurio en esta posición se encuentra debilitado, de modo que la mente se torna divagante y hace que veamos la realidad envuelta en un velo de neblina que nos confunde y que hace más difícil enfrentarse a los problemas cotidianos.
La fantasía predomina sobre la razón, resurge el misticismo y sacamos a la luz nuestra parte más bohemia.
Lo bueno de esta posición planetaria es que la intuición alcanza cotas muy altas, de modo que es fácil que aparezcan destellos premonitorios e inspiraciones muy acertadas sobre el porvenir u otras aspectos de nuestra vida.