Este es el tránsito de Marte en el que mejor se aprecia la declinación de su energía.
La fuerza, la intrepidez y la agresividad marciana desaparecen rápidamente al cambiar su propio domicilio, por el exilio más absoluto.
Sobre Tauro, las cualidades marcianas pasan a un estado de latencia que bien podrían hacernos olvidar que Tauro es famoso por sus escasos pero contundentes estados de ira.
Dicen los sabios que no hay fuerza más grande que la que no se emplea, y esto es lo que puede ocurrir durante este tránsito de Marte, donde la agresividad y la necesidad de acción se canalizan adecuadamente con fines constructivos.