Con esta luna, influida por el toro del Zodiaco, puede invadirnos una sensación de calma que nos lleve a hacer las cosas más despacio.
Cuando el signo de Tauro alberga el cuarto menguante con el Sol en Leo, es frecuente que surjan decepciones por tener que abandonar planes y proyectos en los que se ha volcado una voluntad desmedida. En semejantes circunstancias, una disposición positiva para ver la vida con la máxima objetividad posible, nos ayudará en todo lo que realicemos.
Serán días para olvidarse de conflictos y disfrutar de las cosas bellas de la vida y de nuestra propia belleza, pues esta luna nos hace especialmente atractivos y muy sensuales.