La combinación entre estos dos planetas sobre el signo de Piscis hace que se expresen y manifiesten las facetas más insólitas y geniales de la personalidad.
Las iniciativas personales partirán de la propia emoción y alcanzarán en algunos casos un fin concreto.
Pero en otras ocasiones estos impulsos pueden no encontrar salida generando irritabilidad, frustración o susceptibilidad.