El Sol al estar en Piscis otorga cierta indecisión que choca frontalmente con la insatisfecha energía lunar- por hallarse en Virgo- provocando irritación e irascibilidad.
Nos fijaremos mucho en los detalles pero no lograremos comulgar con los demás en profundidad, de modo que tendremos dificultades al relacionarnos socialmente.
Además este tránsito dificulta bastante nuestra capacidad resolutiva, creando un sentimiento de estar perdidos sin saber muy bien quienes somos ni qué dirección debemos tomar.